Leonardo era persistente, creía en él y en sus talentos. Su propósito se basó en poder expresar sus sueños a través del arte y la ciencia, ya que no se limitó a copiar modelos clásicos de los griegos y romanos sino en entender los secretos de la naturaleza con la técnica de la Observación. Vivió con intensidad su pasión por la anatomía, la botánica, la geología e incluso, la ornitología. Disfrutaba mirando con detenimiento, los árboles, las flores y las aves, e incluso soñaba con volar como los pájaros y trató de inventar un paracaídas en forma triangular.
Por su genialidad, Leonardo era consciente de los desafíos que suponían los encargos de obras de aristócratas y miembros de la realeza en pleno Renacimiento. Su fascinación por el proceso de conocer cómo funcionan las cosas le ayudó a enfrentar problemas y obstáculos sin quedarse en el bloqueo de la “parálisis por análisis”. Su perspectiva del mundo fue tan lejos que llegó a ser el primero que vio la pintura como una ciencia. Se reinventaba ante diferentes situaciones con facilidad porque era una persona muy curiosa y original.
Hoy en día parece que la crisis e incertidumbre que vivimos por la pandemia, hace que la reinvención personal-profesional sea una moda. No queremos referirnos a este tópico, sino más bien aprender de Leonardo como persona que también tuvo puntos de inflexión marcados por el Renacimiento. Una época en que el mundo empezó a cambiar y donde él se enfocó en la grandeza de su espíritu, confiando en su imaginación-visión para superar las dificultades de distintas disciplinas y dar solución a los problemas que encontraba en su camino.
Para el Doctor Mario Alonso Puig, médico cirujano, dedicado gran parte de su vida a investigar cómo desplegar el potencial humano en momentos de desafío, incertidumbre y cambio, sostiene que “Reinventarse no quiere decir convertirse en alguien distinto a quien se es, sino sacar a flote nuestro verdadero SER”. Asimismo, muchas personas deciden reinventarse como fruto de algún detonante, no es algo que se haga por gusto porque el nuevo rumbo podría generar miedo o angustia.
Admiro a Leonardo no sólo por ser un genio visionario y universal, sino porque creo firmemente en sus 3 secretos de reinvención:
- La curiosidad.
- La capacidad de observación.
- La habilidad para conectar datos y experiencias desde la Anatomía, Pintura, Ciencia y Arte.
Si la vida te mueve de tu zona de confort fíjate nuevas metas y pregúntate, para ser esa nueva persona ¿en qué te tienes que convertir? ¿qué tienes que aprender? ¿qué puedes contribuir al mundo? Pon las manos en tu corazón y escucha con atención la voz de tu alma. Si Leonardo hubiese vivido en nuestra época lo llamaríamos “Emprendedor” porque se entusiasmaba por la explosión de sus ideas, no dejaba de hacerse preguntas y buscaba explicación a todo a través de la investigación y siguiendo su intuición para saber el camino correcto. Como cuando creó pintura con pigmento y una clara de huevo para hacer algunas de sus obras maestras.
Recuerda: Ten una libreta de notas como Leonardo Da Vinci porque cuando decidas reinventarte tu cabeza se llenará de ideas. Entiende que la reinvención va unida de un crecimiento interior porque provoca un cambio en tu propia mentalidad, en tus creencias y necesidades. Como todo proceso, se pasará mejor si te inspiras de genios con coraje que no conocían límites, como “nuestro amigo” Leonardo.