“El Arte de Empezar” no es sólo un bestseller de Guy Kawasaki
Es la primera chispa que se enciende en tu corazón cuando te susurra: ¿Estás listo para emprender? Luego de unos días, semanas o meses tienes a tu mente pensando en cómo convertir tu idea, sueño o locura en un producto innovador o un servicio que le resuene al mundo.
Ahora viene lo bueno. Tanto si quieres montar tu propio negocio como si ya lo tienes o quieres probar un proyecto dentro de tu empresa, necesitas gasolina no sólo para el inicio. Necesitas energía y hacer cambios pequeños con resultados extraordinarios.
La Motivación te proporciona esa energía inicial y la dirección hacia tu meta, pero tu amiga La Disciplina te ayuda a mantenerte en el camino y superar los desafíos, incluso cuando no te sientas motivado. Lo más difícil es dar el primer paso, enfócate en un objetivo claro y que te apasione. Ten en cuenta que las cosas grandes empiezan siendo pequeñas.
¿Y por qué los pequeños cambios generan una gran diferencia?
Nuestro éxito es producto de nuestros hábitos cotidianos. Seguro conoces la historia de los dos agricultores que compraron semillas de bambú en un mercado. Las semillas del bambú tan sólo necesitaban abono y agua. Los agricultores que sentían mucha curiosidad, decidieron plantar las semillas. Uno de ellos dejó de regarlas porque quería que el bambú crezca rápido. Mientras el otro agricultor pensó que debía hacerse cargo de las semillas y siguió regándolas. El bambú, así se le riegue y abone, apenas se alcanza a ver durante los primeros siete años. Durante ese tiempo desarrolla un complejo sistema de raíces que, una vez maduro, le permite crecer más de 2 metros en menos de seis semanas.
Tú también puedes ser como el bambú, tus metas son como semillas fértiles. Comprende que las cosas no producen sus frutos de un día para otro. Necesitas cultivar la paciencia y construir hábitos buenos cada día, desterrando malas acciones y pensamientos que invadan tu mente.
Recuerda esta historia y persevera cada día como aquel agricultor que se sorprendió con la fuerza del bambú, y ya sabes que, si necesitas más motivación, ¡Necesitas DISCIPLINA!