“Seguid hambrientos, seguid arriesgando”. Cuando escuché a Steve Jobs decir esta frase en el vídeo de la ceremonia de graduación de la Universidad de Standford (2005), algo hizo “click” en mi mente. Reconozco que me sentí un poco ofendida por llamarnos “locos” a las personas soñadoras y perseverantes. Hoy esta frase estimula mi espíritu emprendedor y la tengo tatuada en mi corazón. Para Steve Jobs el trabajo forma parte de nuestra vida. He leído su biografía como la de otros emprendedores y fundadores de grandes empresas y todos comparten una idea: su emprendimiento es su PASIÓN.
Si bien aprendí de mis padres y otros referentes de mi educación que la felicidad está unida a ganar dinero, nunca nadie me dijo mirándome a los ojos: “Lucero, dedícate a hacer lo que más amas”. Mi padre ingeniero y funcionario público, no entendía “el por qué” quería estudiar Comunicación Social. Me costó que comprendiera mi vocación y mi pasión. Sin embargo, hoy toda mi familia comparte el sentimiento de alegría de mi proyecto de vida: Lucero del Duero.
El contexto actual también suma al espíritu emprendedor. En las últimas décadas, las escuelas de negocios empiezan a valorar este perfil, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías y las startups. A su vez, la calidad de servicio es fundamental para el crecimiento de las empresas. Los clientes necesitan mayor empatía para mantener una relación de confianza y este entorno ha introducido las habilidades “blandas” dentro de la enseñanza. Tanto la inteligencia emocional como la comunicación efectiva nos ayudan a experimentar todo nuestro potencial, vencer nuestros temores y emprender nuevas iniciativas alineadas con un propósito auténtico y una vida con sentido.
Hoy te puedo decir, que emprender no es un valle de rosas, pero tampoco de espinas. Emprender es una ACTITUD, una disposición mental y emocional con la que se hace “Algo”: TU SUEÑO. Lo primero, pierde el miedo a equivocarte. Y lo segundo, aprende las reglas de juego de los negocios y del mundo digital porque te ayudarán a dar visibilidad y posicionamiento a tu marca.
Un espíritu emprendedor se enriquece de un proceso de crecimiento personal y profesional mientras vas superando retos y forjando relaciones de confianza con tus clientes. También necesitas ver con perspectiva tus ideas para diseñar productos con alma y que cumplan tu objetivo. Te comparto 5 pilares para potenciar tu espíritu emprendedor:
- Autoconfianza: Confía en ti y en tus fortalezas. Si aún no has encontrado tu pasión, pregúntate qué harías gratis porque lo disfrutas haciendo. Entiende la esencia de tu producto y desarrolla tu vocación de servicio.
- Desafíate a ti mismo: Al primer problema no vayas a tirar la toalla. Convierte tus problemas en retos. Tu emprendimiento es un proceso en el que aprenderás a relativizar tus errores y a felicitarte por tus éxitos cuando tus clientes te dicen “gracias” o te ponen “caritas felices”.
- Innovación: Aprende algo nuevo cada día. Investiga tendencias de tu sector para que encuentres oportunidades de mercado. La innovación es la ventaja competitiva para que tu negocio sea sostenible.
- Liderazgo: Empieza con tu autoliderazgo. Rodéate de un equipo humano comprometido, que comparta tus valores de vida y da ejemplo, guiándolos y motivándolos para que vivan la esencia de la empresa.
- Equilibrio: Mantén el equilibrio entre tu vida personal, familiar y laboral. Agradece por lo que te hayan aportado tus padres y escuela, porque seguro te dieron recursos que hoy son algunos de tus superpoderes.
Recuerda: Un emprendedor nace y se hace. Siente la frase de Steve Jobs y pégala en tu lugar de trabajo. Te dará fuerza para poner el alma en todas tus metas con una pequeña dosis de locura y conquistar nuevos sueños.